CARMEN GONZÁLEZ

"De La Tierra" tiene como punto de partida considerar el arte como una necesidad de expresión primaria y personal, desprovista de método y técnica. No es más que un lenguaje que tiene por objeto la comunicación, algo tan personal e intransferible como el color de los ojos, el tono de la piel o el timbre de nuestra propia voz. Rescatar la esencia oculta tras miles de capas de maquillaje. Expulsar la impostura de la clonación artística. Y eso, precisamente, es "De La Tierra"; un viaje al núcleo que determina nuestra identidad artística. Identidad que no entiende de modas ni de tendencias. Bailar ocultando tu rostro y que quede claro quien baila. Porque cuando los cuerpos se ponen en movimiento y crean conviene no olvidar dónde se origina y nace el impulso que dibuja formas inconfundibles en el aire.

José Losada Santiago, más conocido como "Carrete de Málaga", es artista genial donde los haya. Sobre todo y por encima de todo, es personal. Una rebasará los límites de su propia existencia. Su impronta quedará grabada allí donde se guardan las cosas que nunca se pierden. En las palabras del propio Carrete de Málaga, Carmen González encuentra el leit-motiv de su obra; "El flamenco es una cosa natural, sale del alma, del estómago, del corazón... El baile tiene que ser de la tierra. El baile es de la Tierra".

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"De La Tierra" es un sincero tributo a la figura de Carrete de Málaga y a lo que representa: hambre, sacrificio, superación, singularidad, identidad, talento y maestría. Una vida, la de Carrete, para vivirla mil veces, y todas diferentes entre sí... Carmen creció en su tierra, la de Carrete, la de los boquerones, Málaga, se siente de la tierra y admira la generosidad y el legado que nos regalan los maestros. Carmen lo quiere así y se lo dice bailando. Porque el baile cuando sale de adentro, es tan claro como la palabra. ¡Olé tú, Carrete!

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